martes, 21 de mayo de 2013

Escapada




Hay días que se vuelve más pesado recordar. Como si el solo hecho de meter apenas los pies en los recuerdos fuera escandalizantemente aterrador. Otros, en cambio, puedo zambullirme sin reparos y los menos, elijo el trampolín más alto y tiemblo en el proceso de lenta caída. Recordar y transformarlo en texto es, finalmente, un proceso alquímico que se lleva una energía de mi, que por momentos escasea. Hay días que solo lavarme los dientes parece un derroche insospechado de ella, entonces mis ojos se quedan sin pintar, mi pelo se acomoda perdiendo ese despeinado tan característico y le escapo al espejo que podría confesarme todas estas verdades de una sola vez. Crear es mucho más fácil que transformar, por eso me abrazo a estas letras que no siguen ningún orden, que se desparraman a su antojo, sin la fidelidad de mis ordenados recuerdos. Tiemblo de solo pensar que puede salir de mis dedos, por eso me aferro a la idea de que debería estar alquimizando y no creando. Ya es hora, jugué con las teclas, las volví nuevas y absurdamente combinables, ahora hay que volver a trabajar en la transformación que tanto anhelo y sin embargo tanto temo. Nos estamos viendo cuando me escape otra vez.