miércoles, 14 de marzo de 2012

El XIV Campeonato mundial de atletismo, en el living...



Siempre me impresionaron los atletas que dedican miles y miles de horas de entrenamiento para competir, con suerte, 7 minutos. El domingo empezó como todo domingo, con mi cuota de ejercicio tratando de que mis 4 perros no me derribaran mientras les daba de comer. La voz de Gonzalo Bonadeo como un habitante más de la casa. Un mate y el sillón. Sentada en ese, mi lugar en el mundo pregunté, mientras veía muchachas de espaldas anchas tratando de saltar una valla ¿y si está menstruando? ¿y si en ese minuto fatal en que se prepara, mientras reza, le viene? ¿Se preguntaran entre ellas “me manche”? ¿Se prestaran los tampones?¿Que onda con el dolor de ovarios? Julián me miró y entendí lo que sus ojos me decían “¿Me podés explicar como se te ocurren esas cosas?” Yo pestañee despacio a ver si evadía la pregunta, pero seguía mirándome por lo que opte por un “piensa rápido”. La garrocha se doblo, ella, una negra bellisima, con más músculos de los permitidos (pensé que quizás tenía alguno mío) saltaba. Un, dos, tres segundos y la valla cayó. Y como la única defensa es el ataque, busque en lo más profundo de mi corazón y encontré la frase con la que defendería mi lugar en el mundo de semejante espécimen femenino. Salió gutural debido a la factura a medio masticar y la bombilla del mate, pero lamentablemente se oyó clarito: “Ves, la gorda la tiró”

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