domingo, 25 de marzo de 2012

Otoñal




Llegó el otoño, certero y cumplidor. Tiemblan las chicharras y apuran los últimos vibratos antes de partir a dormir una larga siesta. Y entre tanto poético momento que brinda el cambio de estación, caigo en la cuenta de que la tarjeta SUBE se llevó consigo el boleto de colectivo. Ya no hay miles de ellos tirados en el piso cual hojas otoñales. ¿Como vamos a sobrevivir sin capicúas? ¿Como van a hacer las chicas para sumar los dígitos y según el resultado asegurarse que el número coincida con la inicial del susodicho en cuestión? Ya no están colgando de los anillos, en los respaldos del asiento delantero. No podemos sentirnos acompañados por él o la que viajo en nuestro asiento a las 6:25 de la mañana, y hacer más corto el trayecto tratando de dilucidar su historia. Por ahora miles de hojas están preparadas para ocupar su lugar, pero tengamos en cuenta que cuando ellas se retiren la ausencia será doble...

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