jueves, 9 de febrero de 2012

Luna




Certezas. Me he pasado lo que va de mi vida buscándolas, tratando de adivinar donde se esconden y me he aferrado a una como preferida. La luna. Que hasta en sus ausencias es exacta. Amo encontrarla de improviso. Por eso le escapo a los almanaques que pretenden encasillar nuestra juego de escondidas eterna. Se me ocurre tan femenina como compañera. Ella es sin lugar a duda donde recurro cuando todo lo demás falla. Encontrarla recorriendo el cielo, en ese perpetuo movimiento a nuestro alrededor  es casi el acto más egoísta que me permito y me regalo. Amo su capacidad de ser la misma y mostrarse diferente. Esa analogía que se presenta al variar su brillo simplemente por el ángulo en que ese sol tan estático y luminoso se decide a mirarla.
Él es el astro rey, sin embargo a la hora de llorar, de cantar, de prometer, de compartir es ella la que cómplice nos alumbra en las oscuras horas de la noche. Es Ella, es mujer, es bella y escurridiza. Por eso quizás o simplemente por que si, es que en esta noche intento atraparla en mi lente y ella se niega. Porque no le interesa la perpetuidad. Simplemente se regocija en ser contemplada coqueta y misteriosa por una noche más.

2 comentarios:

  1. Muy bueno! Y encima me permite comentar!!! Igual hay que decirlo, últimamente se la está viendo mucho durante día a la estimada, como que quiere más protagonismo todavía...

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